De la corregulación a la autorregulación: con la hamaca 3 en 1 Evolve de Ergobaby

De la corregulación a la autorregulación: con la hamaca 3 en 1 Evolve de Ergobaby

«Vaya, has vuelto a crecer». Todos recordamos a las tías y abuelas que de niños nos pellizcaban cariñosamente las mejillas y nos decían la misma frase cada vez que las veíamos. Aunque en su momento resultara gracioso/algo molesto, ¿has pensado en la cantidad de veces que otros se lo hacen a tu hijo ahora? Aunque, pensándolo bien, de vez en cuando nos sorprendemos a nosotros mismos pensando lo mismo, ¡o incluso oímos esas palabras salir de nuestra propia boca cuando hace tiempo que no vemos a los hijos de nuestros amigos! Durante los primeros años de vida, los seres humanos se desarrollan más deprisa que en ningún otro momento. Solo en los cuatro primeros años se produce la mitad de todo el desarrollo. ¡Increíble!

Cada niño tiene sus propios tiempos

El curso del desarrollo de un niño es fijo y siempre sigue más o menos el mismo orden. Sin embargo, cada niño es único en cuanto al momento en que atraviesa cada fase de desarrollo. Por ejemplo, en relación al desarrollo motor, cada niño se desarrolla a su propio ritmo. Uno camina a los 12 meses y otro al año y medio. Lo mismo ocurre con los primeros sonidos que emiten, las primeras palabras, etc., así que ya ves que no tiene sentido comparar a tu hijo, sino más bien hacer hincapié en sus capacidades.

De la corregulación a la autorregulación

La capacidad básica de regulación también desempeña un papel importante en el desarrollo infantil temprano. En los tres primeros meses, se presta más atención a los procesos de adaptación física, como la ingesta de alimentos y la digestión, la regulación de la temperatura, la vigilia y el sueño. A partir del tercer mes, el ritmo de vigilia y sueño se estabiliza y el bebé aprende a regular mejor su atención y se implica cada vez más en la interacción social. En la segunda mitad de la vida, el bebé empieza a moverse de forma autodirigida. Sin embargo, no importa cómo se desarrolle tu hijo: los bebés dependen de los cuidados y el apoyo de los padres/cuidadores durante mucho tiempo.

El reto para un padre o cuidador es responder lo más adecuadamente posible a las necesidades individuales de su hijo, apoyar su desarrollo e identificar en qué aspectos las capacidades de autorregulación del bebé pueden no ser aún suficientes y necesitan apoyo. Esto se conoce como corregulación. Para esto, los padres tenéis una especie de superpoder: la crianza intuitiva. Esto significa que estos comportamientos no tienen que aprenderse, sino que se utilizan de manera natural en las interacciones cotidianas. Ejemplos de ello son el uso del lenguaje, la respuesta al contacto visual con expresiones faciales y el aprendizaje de la distancia óptima (25 centímetros) entre el contacto visual del bebé y el de los padres para poder responder a las necesidades y tranquilizar al niño de una forma única. Mediante el reconocimiento de las señales del niño y una respuesta adecuada por parte de los padres, el bebé puede aprender cada vez más a reaccionar, de modo que mediante la interacción contigo qué sentimiento tiene que ser respondido y de qué manera, y así pasa de la corregulación a la autorregulación. También debe evitarse el exceso de estímulos procedentes del exterior para que el niño pueda comprender y responder a los sentimientos individuales de una forma adecuada para su desarrollo.

 

La cantidad adecuada de estimulación externa

Te estarás preguntando qué tiene que ver todo esto con nuestra hamaca para bebés. Es sencillo: hoy en día existe una amplia gama de productos para bebés, sobre todo electrónicos, y recomendaciones sobre cómo calmar al bebé lo más rápido posible. Y desde luego hay muchas cosas que parecen funcionar bien al principio, pero luego tienden a tener el efecto contrario. Debe evitarse el exceso de estímulos (mucho movimiento, excesiva conducción para calmar al bebé, .....) procedentes del exterior para que el niño pueda identificar mejor cada una de las sensaciones y aprenda a reaccionar por sí mismo ante ellas.

En realidad, todos los productos para bebés que se utilicen deben favorecer este maratón de desarrollo, especialmente en el primer año de vida.  Siempre es aconsejable ofrecer a tu bebé una mezcla de diferentes opciones para favorecer su desarrollo de forma óptima. Por ejemplo, llevarle en brazos, con o sin portabebés, dormir en posición supina en una cama auxiliar o familiar, darle el pecho y alimentarlo en brazos, jugar en el suelo (también en posición prona todos los días) y el tiempo de lactancia en el cambiador son buenas oportunidades para la cercanía y la interacción.

Pero, ¿qué pueden hacer los padres si quieren acostar a su bebé durante el día? La solución es sencilla: una hamaca ergonómica, como nuestra hamaca 3 en 1 Evolve de Ergobaby. Se puede ajustar individualmente al rápido desarrollo del bebé y crece con él, de modo que este dispone de un soporte ergonómico en todo momento. Al mismo tiempo, la hamaca tiene una función de balanceo que puede regularse con los propios movimientos del bebé. Así, el recién nacido experimenta un soporte adecuado a su edad, acogedor y seguro, cuando no puede estar directamente con mamá o papá, mientras que el bebé mayor aprende a utilizar sus propios movimientos de forma cada vez más autorregulada. La ausencia de componentes electrónicos y la independencia de la electricidad permiten llevar la hamaca a todas partes, simplifican el día a día y evitan la sobreestimulación del niño. Desde el punto de vista de una matrona, los impulsos de movimiento de una hamaca solo deben ser realizados manualmente por los padres y, más adelante, dejar que el niño decida por sí mismo a medida que aprenda a regularse cada vez más por sí mismo, por supuesto en presencia de mamá o papá sin una estimulación excesiva. Porque a veces menos es más. Y con tu naturaleza atenta y productos para bebés adecuados y útiles en tu vida diaria, conseguirás encontrar rápidamente el equilibrio perfecto.