El cuerpo de un bebé se desarrolla en respuesta directa a múltiples estímulos sensoriales: táctiles, olfativos, auditivos, gustativos y visuales. El llevar al bebé junto al cuerpo contribuye activamente en el desarrollo general del cuerpo, gracias diversos estímulos: contacto piel con piel (el cuerpo del bebé pegado al de la madre/padre), movimientos transmitidos de forma continuada, olor de la piel, latidos del corazón y sonido de la voz, sabor de la piel y de la leche, y reconocimiento de la cara situada a muy pocos centímetros. Estos estímulos son especialmente positivos para los bebés prematuros, cuyo desarrollo aún no ha finalizado como en el caso de los bebés nacidos a término. «Los recién nacidos pueden ser llevados mientras duermen, para así protegerlos, de manera natural, de la muerte súbita del lactante.» (Dra. Susan Markel).
Entonces, ¿de qué desarrollos hablamos y cómo el hecho de llevar al bebé influye en estos desarrollos? En primer lugar, la piel. La piel es el órgano sensorial más extenso del cuerpo humano. Es el órgano más desarrollado al nacer y, por tanto, aquel mediante el cual el niño se comunica mejor. Después el desarrollo de la motricidad, espalda y cadera. Cuando los bebés se llevan pegados al cuerpo de sus padres, su cuerpo adopta las formas y acompaña todos los movimientos del adulto. Este tipo de transporte contribuye al desarrollo de la motricidad y a la adquisición del equilibrio y la capacidad de andar.
La espalda del bebé puede desarrollarse adecuadamente gracias al diseño ergonómico de la mochila porta bebé. La mochila porta bebé permite la posición que el niño adopta instintivamente al nacer. Esta posición respeta la curvatura natural que la columna vertebral presenta en el nacimiento y en los primeros meses de la vida del niño. Las caderas del bebé, cuyo desarrollo aún no se ha completado en el momento de nacer, se desarrolla de forma ideal en la posición piernas-separadas-flexionadas, que además puede prevenir la displasia de cadera. Y por último pero no menos importante, el cráneo. El cráneo de un recién nacido aún está blando. Durante el primer año, su perímetro aumentará 12 cm. En pleno crecimiento, puede deformarse fácilmente si el niño apoya la cabeza del mismo lado de manera prolongada. El llevar al bebé en en vertical puede evitar este fenómeno de cráneo plano (plagiocefalia posterior de origen posicional).
Si desea conocer más acerca del impacto que llevar al bebé tiene en su desarrollo psicológico y emocional, lea esto.
Autora: Présence Bouvier (Managing Editor)